viernes, 27 de marzo de 2015



IMÁGENES QUE SE DESENTIERRAN


Por Brenda Caletti

Así como el antropólogo Claude Lévi-Strauss le atribuía la noción de bricoleur a aquel que se valía de elementos disímiles, con una funcionalidad particular establecida, y luego los distribuía de otra forma para crear nuevas concepciones, de la misma manera trabaja el director argentino Marcelo Goyeneche (1972). Este documentalista intenta, a través del uso del material de archivo, recolección de objetos personales y de sus investigaciones, sacar a la luz historias que quedaron ocultas o fueron silenciadas. Pero también, busca quebrar los límites entre realidad y ficción a partir del empleo de dichos elementos. Por ejemplo, con la incorporación, en una de sus películas, de una animación, recreaciones de época o musicales.
Desde 2006, Goyeneche integra DOCA, una asociación de documentalistas argentinos independientes. También brinda talleres sobre cine documental. Realizó varios cortos y cuatro largometrajes; el último de ellos es Las enfermeras de Evita, el cual fue presentado en la 5º edición de Mujeres en Foco, festival internacional de cine por la equidad de género, y con el que realizó una gira por el interior previa al estreno en 2015.


_ ¿Cómo organizás las investigaciones para tus documentales?
_ Cuando tengo en claro el tema principal comienzo dos etapas paralelas de investigación: por un lado, una relacionada con toda la información bibliográfica, archivos de diarios, noticieros; por otro, la búsqueda de los protagonistas: el relato oral de la historia, “la voz del pueblo o de la otra historia”,  aquella que abre el camino a la concreción de una película.

_ Te valés de material de archivo como videos, audios, entrevistas, fotos y, en algunos casos, objetos personales que interactúan con el discurso. Para que exista esta articulación, ¿elaborás el relato a partir de la documentación o tenés una guía que se ajusta con el material?
_ El documental es un espacio de libertad creativa, la fusión de muchos elementos (todos valiosos). A mí ese collage entre distintos objetos, incluso la utilización de fragmentos de cine de ficción o las recreaciones, me parece enriquecedor a la hora de contar una historia incluso para poner en riesgo los límites entre documental y ficción.

_ Tanto en El día que bombardearon a Buenos Aires (2004) como en SMO, el batallón olvidado (2012) el material de archivo juega un rol fundamental, mientras que en la reciente Las enfermeras de Evita (2014) se prioriza la reconstrucción de época. ¿Qué beneficios contiene cada formato?
_ Depende lo que estés buscando, los elementos que están a tu alcance y fundamentalmente del presupuesto con el que contás para hacer la película. En Las enfermeras…  tuve presupuesto para poder hacer las recreaciones musicales, cosa impensada en mi primer documental que lo grabé casi yo solo y sin dinero. Eso no quiere decir que se hacen cosas buenas con plata sino que adaptás tus sueños a tu realidad económica también.

_ ¿Por qué optaste por una reconstrucción en Las enfermeras… y el uso del género musical?
_ En Las enfermeras… sigo esa lógica de mis películas anteriores de usar todos los elementos a mi alcance. Pero cuando dije que quería hacer un documental donde los recuerdos de las protagonistas se convirtieran en cuadros musicales cantados y bailados la reacción era de asombro y muchas dudas. Desde siempre la vida de los músicos (desde los clásicos hasta los actuales), ha interesado al cine y otros medios audiovisuales, ya sea desde la ficción o el documental. Pero, en este caso, las protagonistas son enfermeras. El género musical no suele ser realista y biográfico sino más bien idealista, fantástico, más imaginativo que verosímil. Yo creo que tiene varios puntos en común con el relato oral del cual nos nutrimos para hacer una película documental. Estos relatos nos desafían a abrirnos paso en medio de una serie de motivaciones y deseos: el del realizador por descubrir “la verdad” de la vida de sus entrevistadas y la esperanza de ellas de dar sentido a su pasado y codificarlo con sus propios mitos. Creo que fue la mejor combinación posible, arriesgada sin dudas, pero la mejor.

_ El comienzo de SMO… está planteado como una película muda a partir de las imágenes y las placas descriptivas. ¿Por qué este inicio?
_ Gracias a un libro de Ricardo Rodríguez Molas tenía la transcripción del debate parlamentario de diciembre de 1901 cuando se sanciona la ley de servicio militar obligatorio. Un debate histórico maravilloso entre varios diputados y el Coronel Pablo Ricchieri, donde incluso está ya presente la figura de “obediencia debida” cuando se le pregunta por la suerte de estos civiles en manos de unos militares a quienes tendrán que obedecer ciegamente. Se me ocurrió que hacer una recreación de un noticiero de época sería la forma de poder contar ese nacimiento del siglo XX que venía acompañado con el S.M.O (Servicio Militar Obligatorio). 

_ En los documentales aparecen variados testimonios según el tema. ¿Cómo realizás el contacto?
_ Ser documentalista es ser casi un detective. Cuando estaba realizando El día…  en un momento se me ocurrió incorporar el testimonio de alguno de los pilotos que participaron de aquel nefasto día (del bombardeo de Plaza de Mayo). El escritor Gonzalo Chaves reprodujo en su libro  La masacre de Plaza de Mayo una lista parcial de los nombres de los aviadores. No sabía por dónde empezar. Una noche agarré la guía telefónica y empecé a marcar: al segundo o tercer llamado me atendió uno de ellos. El hombre se sorprendió, pero luego empezó a contarme cosas de aquel día. Tras varias charlas logré conocerlo pero nunca accedió a que lo entrevistara frente a una cámara. 

_ En El día… uno de los testimonios pertenece a Andrés López, un sub oficial mayor del ejército, que estaba con Juan Domingo Perón cuando bombardearon la residencia presidencial. Mientras que en Las enfermeras… aparece María Eugenia Álvarez, quien asistió a Eva Duarte hasta su muerte. En ambos casos, aunque de diferente manera, se habla del poco tiempo (como presidente/de vida). ¿Se puede pensar a estas personas como análogas en su concepción discursiva?
_ Sí lo son, relatan dos momentos cruciales de la historia contemporánea de este país: uno el fin del gobierno peronista y otro la muerte de una de las personalidades más importantes de la historia argentina. Si bien son dos personas y momentos distintos, lo que nunca hay que perder de vista es que las narraciones personales y la historia son siempre construcciones subjetivas donde están en juego la composición de cada uno de ellos social y culturalmente. Hay que aprender a decodificar en esos relatos los símbolos y la lógica que traen si queremos hacer con ellos un análisis profundo. Además de estar bien informados como realizadores para poder discernir si lo que allí se dice es verosímil o no.  

_ En los tres documentales se desarrolla un tema puntual. Sin embargo, en algún momento, la atención se desplaza de ese centro y el contexto pasa a ser protagonista. ¿Por qué se produce ese corrimiento?
_ Porque me interesa profundamente analizar la coyuntura social y política en la que se desarrollan los acontecimientos. Además tengo la necesidad de traer al presente hechos que de alguna manera siguen vigentes. Es muy fácil hacer un análisis sobre acontecimientos históricos que sucedieron hace 60 años, el desafío es interpretar las consecuencias que tienen hoy.

_ En El día… el reloj y su sonido funcionan como un motivo recurrente. ¿Por qué?
_ Me quedó grabada la imagen de un reloj muy grande que había en la casa de gobierno que con el impacto de la primera bomba cae. El reloj se rompe pero queda inmortalizada la hora en que comienza la masacre (12.40). Por otro lado, tiempo era lo que ya no tenía el peronismo.

_ En SMO… se habla de la creación de una policía infantil en Salta y se muestra una grabación por el 20º aniversario en 2010. Es un tema muy delicado y no muy difundido. ¿Pensás tomarlo como material para una próxima producción?
_ El tema es poco difundido pero tampoco parece importar mucho. En varias provincias la mantienen, pese a su prohibición. No podemos obviar que siempre los niños y adolescentes de los sectores sociales más pobres son los que forman parte de los ejércitos o de esta policía infantil. Por ahora no tengo pensado retomar el tema.

_ Según lo que se exhibe en las películas, en Las enfermeras… se queman objetos personales, en  El día… escasea la información fehaciente y en SMO… se mantiene ocultos ciertos hechos. ¿Considerás que la realización de estos documentales se debe a la necesidad de producir un registro?
_ Creo que siempre este tipo de documentales surge como necesidad de contar historias que nos han negado conocer. Y que su función es la de llegar a la gente para poder reflexionar en conjunto sobre nuestra historia, sus luchas, nuestro presente y qué sociedad queremos para nuestros hijos.