martes, 12 de abril de 2011

SUMATE A LA CAMPAÑA X + 632!



El régimen de apoyo a la producción de documentales digitales de bajo presupuesto que se consiguió con la lucha de los documentalistas y es conocido cómo Resolución 632/INCAA, ha demostrado ser un éxito, tanto en cantidad como en calidad de producciones apoyadas y realizadas. Desde fines de 2006 han sido un promedio de más de 40 los documentales al año que confirmaron la viabilidad de este tipo de producciones así como la existencia de una fuerte y creciente demanda (se presentaron más de 200 proyectos al año).

A los fines de sostener la continuidad y viabilidad de esta conquista, e incluso extenderla y colocarla como ejemplo también para la ficción, los abajo firmantes, documentalistas, técnicos, estudiantes, docentes, miembros de la comunidad audiovisual argentina, solicitamos al INCAA la aplicación de medidas que apunten a:

· Aumento del 50% del monto de los subsidios a la producción y posproducción de documentales digitales (desde la creación del régimen a la fecha, casi 4 años, sólo se ha aumentado un 15%)

· Triplicación del porcentaje de adelanto que se percibe en concepto de desarrollo de proyecto (actualmente los exiguos $5000 no cubren las necesidades básicas)

· Implementar un subsidio de $30.000 al lanzamiento en Salas de los documentales de la vía digital. (actualmente no se cuenta con dinero para vía pública y prensa lo cuál invisibiliza esta importante producción de la cinematografía nacional)

· Que se dicten los actos administrativos necesarios para garantizar que se mantenga la representatividad de las asociaciones en los comités de documental, dejando a criterio de cada una de las mismas, la elección de sus representantes y sus recambios.

Para adherir: xmas632@gmail.com

DOCA (Documentalistas Argentinos)
www.docacine.com.ar

martes, 5 de abril de 2011

Asesinan al Documentalista Juliano Mer Khamis.



El integrismo acaba con el activista, director y actor Juliano Mer Khamis
por Alberto Arce

En octubre de 2004 Juliano Mer Khamis estrenaba en la Casa Asia de Barcelona su documental "Los chicos de Arna", uno de los más reconocidos que se han filmado sobre la situación en Palestina. El que la colectividad de activistas reconoce sin ambages como la mejor manera de comprender las raíces de la violencia palestina a partir de la segunda intifada. Al terminar la proyección se impuso el más pesado de los silencios.
Juliano se levantó -como buen actor que era- manejando tiempos, emociones y expectativas, para transmitir su mensaje: "sólo espero que tras ver esta película todos vosotros recordéis que los suicidas y resistentes palestinos son personas con nombre y apellidos, con una historia trágica tras de sí. La próxima vez que en un telediario os informen sobre el último ataque suicida palestino en Israel, recordad a los chicos de Arna".

A Juliano lo ha asesinado un palestino. El lunes por la tarde, en la ciudad de Jenin en Cisjordania. Mohammed Tayyim, Jefe de la policía local, declaró que un hombre le disparó cinco balazos a quemarropa cuando salía del “teatro de la Libertad” que con tantos años de esfuerzo él y su madre levantaron en el Campo de Jenin. Inaugurando ese mismo teatro, Juliano declaraba: “yo he elegido el lado de la justicia, no el de la nacionalidad o el de la religión. Políticamente soy palestino y lucho con los palestinos. No soy un judío bueno que ayuda a los pobres árabes. La lucha por la liberación de los palestinos es nuestra lucha como israelíes porque compartimos un futuro común”.

Juliano sabía que iban a por él. Probablemente nunca pensó que las cartas anónimas que recibía en su casa, las piedras contra su coche y los cócteles molotov lanzados contra el teatro fuesen a terminar en asesinato. La violencia se impuso sobre el arte. El radicalismo escribió el último acto de la gran obra de teatro que fue la vida de Juliano Mer Khamis.
“Los chicos de Arna” fue la película que le dio el reconocimiento internacional. Recoge la historia de la madre de Juliano, Arna Mer, una veterana de las milicias sionistas que combatieron por la independencia del Estado de Israel en sus primeros años. Arna se casó con un cristiano palestino de pasaporte israelí y de esa unión nació Juliano que se definía a sí mismo como “100% palestino y 100% judío”.

El documental comienza en 1987 cuando Arna y Juliano abrieron un teatro, el “Teatro de las piedras” en el Campo de refugiados de Jenin. Utilizando el teatro como terapia y como instrumento de transformación social consiguió que un grupo de niños del campo de refugiados de Jenin representase una obra de teatro, “El romeo palestino”. Tras documentar su trabajo y sus inhumanas condiciones de vida durante 9 años, Juliano regresó a Haifa en 1996. Nunca editó el material filmado.

Varios años más tarde, durante la Operación militar israelí contra el Campo de Jenin, Juliano decidió volver para interesarse por la suerte de sus antiguos alumnos. Se encontró de cara con la violencia y comenzó a grabar de nuevo. Ashraf, su “romeo palestino” había fallecido al inmolarse en una operación suicida en Israel. El resto de protagonistas eran, en mayor o menor medida, miembros de la resistencia armada contra la ocupación. Junto a ellos documentó desde dentro el asalto al campo y consiguió que el mundo entero conociese a las personas que se encuentran tras los grupos armados palestinos. El campo de refugiados fue arrasado en 2002. El Teatro también. La película, que mostraba quiénes eran los niños del “teatro de las piedras” y por qué decidieron luchar con armas en la mano, dio la vuelta al mundo. Contribuyó a personalizar la historia de la resistencia. Dotó de historia y humanidad a los palestinos que se inmolan en la lucha contra Israel. Le convirtió, definitivamente, en habitante de Jenin.

Pese a la violencia y la muerte, Juliano no cejó en su empeño de garantizar que los habitantes del campo dispusiesen de un espacio en el que desarrollarse a través de la expresión artística. Juliano no era inocente. No hablaba de paz sino de justicia. Cuando finalmente consiguió que reabriese el “Teatro de las piedras” reconvertido en “Teatro de la libertad” declaraba: “El lugar elegido para construirlo es el centro del campo de refugiados más atacado de toda Cisjordania, el campo de refugiados de Jenin. Un lugar en el que hay más de 3.000 niños menores de 15 años afectados por el estrés post-traumático. Niños que se orinan encima con 12 años, niños que sólo saben relacionarse entre ellos mediante la violencia. Un lugar rodeado de alambradas eléctricas, un lugar del que sus habitantes no pueden entrar ni salir sin permiso de la autoridad militar israelí. Un lugar que necesita libertad y cordura”. Se definía a sí mismo como un activista contra la ocupación. “Este lugar nunca había tenido un teatro, nunca había estado expuesto al arte y la cultura y estamos construyéndolo todo desde cero. Actores, público e instalaciones. Formamos a los jóvenes para que el arte sea parte de la resistencia palestina contra 60 años de ocupación”.

A Juliano le odiaban los radicales de ambos lados del muro. En Jenin, donde se había instalado, le amenazaban por representar “Rebelión en la granja” y mostrar a un cerdo como protagonista. Atentaba contra los principios del Islam. Al igual que atenta contra el Islam fomentar talleres de teatro mixtos en los que niños y niñas pudieran participar juntos de actividades artísticas. Pero no se quedan cortos en Israel. No hay más que leer los comentarios sobre su asesinato que comienzan a circular por medios conservadores israelíes para comprender que la figura de Juliano Mer Khamis era odiada por todos aquellos que no son capaces de atravesar las fronteras de su propia estupidez. El director de cine israelí amos Gitai, que le había dirigido en varias películas, dijo "hay gente como él que es radical y trata de servir, con su propio cuerpo, como puente sobre los desfiladeros del odio.

Por eso, pocas horas después de su asesinato, cientos de palestinos se concentraban en la Plaza Al Manar de Rammallah. Contra la estupidez y los desfiladeros del odio.


fuente: www.lavozdelacalle.es